8 de octubre de 2011

¿QUÉ ES PARA TI LA VIOLENCIA?

"La violencia, junto con el conocimiento y el dinero, 
es una de las principales fuentes del poder humano"
Jorge Corsi -Maltrato y abuso en el ámbito doméstico-

La violencia es un término del que se ha hablado mucho pero... ¿qué es la violencia? Esto es lo que me preguntó hace poco la presidenta de una asociación que trabaja con este tema, y me pidió que dijera lo que yo pensaba. Esto es a grosso modo mi opinión.

Una de las definiciones que yo creo más acertada es que “La violencia no es simplemente un comportamiento, ni una respuesta emocional, sino una estrategia psicológica para alcanzar un objetivo” (Pueyo y Redondo, 2007). Es decir la violencia no se entiende como un comportamiento aislado, se entiende como un repertorio de conductas encaminadas a un fin, este fin es el control de la otra persona y/o personas sobre la que recae.

Sobre la violencia de género se ha escrito extensamente, desde hace unos años hasta ahora se han conseguido grandes avances en este campo, tanto en materia de leyes, como de estudios y terapias. Sin embargo, se ha venido trabajando más desde el enfoque de la víctima, y no tanto desde el enfoque del agresor. Cuando, sin embargo, si que se ha comprobado la efectividad en la terapia con agresores. Como indicaba Madina (1994): “en los últimos años las investigaciones muestran que se han obtenido resultados aceptables con tratamiento psicológico, y además, que si éste es grupal, el hombre se puede dar cuenta que su caso no es el único y su grado de colaboración puede mejorar”.

Tratar a un agresor no significa no considerarle responsable, sino admitir que el agresor presenta limitaciones psicológicas importantes en el control de los impulsos, o en el abuso de alcohol, en su sistema de creencias, en las habilidades de comunicación y de solución de problemas, en el control de los celos, etcétera (Corral, 2004; Echeburúa, Fernández- Montalvo y Amor, 2003).

No se debe considerar el maltrato como irreversible. El objetivo es siempre el control de la violencia física, psicológica y sexual, y para ello, desde mi punto de vista, creo necesario un enfoque integral, en el que no sólo se trate a la víctima, enseñándole conductas autónomas, sanas y asertivas encaminadas a rechazarla, sino que también hay que tratar a los agresores, para poder mostrarles que hay otros modos alternativos de resolución de problemas que no son agresivos, y asimismo que tienen más control sobre su ira del que en principio podrían pensar.

Hay que eliminar ciertos mitos sobre este fenómeno, el más importante, creer que la violencia es sólo aquella que es física. Cuántas veces no se oye la palabra maltrato y piensas automáticamente en algo físico, un bofetón, una paliza... porque esto es lo que se venía identificando como maltrato. Pero la violencia psicológica es violencia, sólo que es menos visible, de hecho, la violencia psicológica puede causar el mismo impacto que la física. “El abuso no tiene que ser físico para causar un impacto. Ser constantemente criticado, verbalmente abusado o humillado puede dejar a alguien con la misma fuerza y variedad de emociones que si hubiera sido hospitalizado por las acciones de su pareja. Muchos supervivientes del maltrato de pareja dirán que el abuso psicológico fue más dañino y que les llevó más tiempo recuperarse de él.” (Frank Walsh, 1996).

Otro gran mito y un gran desconocido en nuestro país, es lo que ocurre cuando son parejas del mismo género las que establecen patrones violentos de relación. Se cree que en las relaciones de pareja homosexuales no existe el maltrato o que éste es menos grave, sin embargo, es igualmente grave y no es más que otro ejecicio de control y poder: “Se denomina violencia intragénero a aquella que en sus diferentes formas se produce en el seno de las relaciones afectivas y sexuales entre personas del mismo sexo. La violencia que se da en las relaciones afectivas y sexuales que establecen dos personas es un ejercicio de poder y el objetivo de la persona que abusa es dominar y controlar a la víctima”. (Panfleto “Ver, evaluar, actuar”-la violencia en las relaciones lésbicas y homosexuales- de la asociación ALDARTE). Para conocer más sobre las dinámicas de violencia intragénero pueden consultar el aticulo en mi web: www.terapiaypericial.com en la sección de noticias (Taller sobre violencia en parejas LGTB).

Sin embargo, este no es el único handicap, cuando salimos del marco de la pareja también nos encontramos con otro tipo de violencia, la violencia intrafamiliar, tanto ascendente (de hijos a padres) como descendente (de padres a hijos). En nuestro país se le empieza a dar importancia, pero quizá no tanta como la que se debería ya que la violencia se transmite de generación en generación: en un 30% o 40% de los casos la violencia se extiende a otros miembros del hogar como son niños o personas ancianas (Echeburúa y Corral, 1998). Incluso, cuando los niños no son agredidos, se ha indicado que ser testigo de la violencia entre sus padres se asocia con una serie de problemas cognitivos, conductuales y emocionales.

Una de las hipótesis del origen de esta violencia que cada día cobra más fuerza es la bireccionalidad de la violencia. Parece ser que la violencia que los padres cometen en sus hijos está relacionada con la violencia de los hijos contra los padres (Harzt, 1995; Krascoski, 1985; Langhisen-Rohling & Neidig, 1995; Mahoney & Donnelly, 2000; Meredith, Abbot, & Adams, 1986; Strauss & Hotaling, 1980), esta variable es más relevante que la violencia del matrimonio en el desarrollo del fenómeno posterior (Ulman & Strauss, 2003).

La explicación para esta bi-direccionalidad puede residir en el aprendizaje de modelos de relación basados en la violencia, a través de los cuales los niños interiorizan que la única forma de lidiar con conflictos es recurriendo a comportamientos violentos (Barkin, Kreiter, & DuRant, 2001; Laurent & Derry, 1999: Mitchell & Finkelhor, 2001).

Por tanto, si queremos acabar con el origen de la violencia tendremos asimismo que atender a lo que ocurre dentro del propio seno familiar. Desarrollar estudios, prevención, tratamientos y leyes específicas que nos permitan conocer qué está pasando en este sentido y poder ayudar a detenerlo, tal y cómo venimos haciendo con la violencia de género. Y lo mismo para la violencia intragénero o cualquier otra tipología que no esté siendo atendida.

Como conclusión, si no se desarrollan estudios y programas para recoger la violencia en todas sus formas no se conseguirá la atención adecuada de éste fenómeno. Y este fenómeno es amplio y cambiante. (Por ejemplo, con el desarrollo de nuevas tecnologías se han desarrollado nuevas formas de violencia, por ejemplo, el “bulling cibernético”).

Por lo tanto se necesita constante actualización y revisión de las dinámicas en las que las “personas” pueden ser violentas con otras “personas”, llámase a esto violencia de género, intragénero, bulling, abuso sexual de menores, intrafamiliar, etc. O póngase cualquier otro nombre, yo lo llamo violencia.

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Bibliografía:
"Maltrato y abuso en el ámbito doméstico" - Jorge Corsi. Ed Paidós.
Material del máster en Psicología Clínica Legal y Forense: Manual del terapeuta: programa terapéutico para maltratadores.

Adolescence against parents, is it a consecuence of gender inequaliy?ISSN: 1889-1861. The European Journal of Phychology applied to legal context. Volume 1, Number 1, January 2009
"Violence in gay and lesbian partnerships" Claire M. Renzetti, Charles Harvey Miley. Ed Harrington Park Press
"Same sex domestic violence. Strategies for change" Beth Leventhal, Sandra E Lundy. Ed Sage Series On Violence Against Women.

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